En ocasiones, para presentar con elegancia un plato fresco, sobre todo en el verano, acudimos al huevo duro.
El inconveniente surge cuando al cortar el huevo con el cuchillo la yema se rompe, quedando en su mayor parte desgranada o pegada al cuchillo y nuestra presentación se ve arruinada.
Para que esto no vuelva a suceder, solo debemos tomar la precaución de mojar el cuchillo con agua fría y cortar. La yema de los huevos quedará intacta y tus platos, como querías.
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