Muchas comidas se convierten en auténticas batallas entre padres e
hijos. Sigue estos consejos para que el "no me gusta" y " no quiero más"
no se conviertan en habituales.
Te contamos una serie de trucos caseros para que la comida no se convierta en un problema.
1. Juega con los colores y las formas. Si presentas
los alimentos con apariencia de estrellas, números, letras...,
conseguirás llamar su atención.
2. Enséña a los los niños a disfrutar de lo que comen. El secreto para conseguirlo: dedicar tiempo a la preparación y al encuentro en la mesa.
3. No utilices la comida como premio o castigo.
4. Deja que colaboren en la cocina.
5. Crea hábitos, porque es importante que no se salten ninguna comida.
6. Transmíteles el gusto por los nuevos sabores y alimentos, incluso los más exóticos.
7. Averigua qué factores (color, olor, textura...) les despiertan el gusto.
8. Los padres deben dar ejemplo: comer sano y hacer ejercicio.
9. Si un día rechazan algo o están inapetentes, no les obligues a comer.
10. Dales aperitivos sanos y ligeros y evita el picoteo y las ‘chuches' entre comidas.
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