Muchas veces gastamos dinero en cosas innecesarias. Por eso
vamos a enumerar a continuación una serie de trucos que podemos llevar a
cabo para no caer en la tentación de comprar cosas que no necesitamos.
Tarjetas de crédito
No debemos solicitar tarjetas de crédito si no son necesarias, ni es
conveniente llevarlas encima si las tenemos, salvo que vayamos de viaje,
por ejemplo. Muchas veces el dinero de plástico nos da tranquilidad al
comprar porque no pensamos en que después hay que devolver ese dinero
con suculentos intereses.
Es mejor tener tarjetas de débito que cargan nuestras compras al
momento, con lo cual tenemos mayor sensación de estar gastando dinero y
no seremos tan alegres a la hora de comprar. Nunca aprovechemos el
crédito para comprar cosas que luego no podremos o que serán muy
incómodas de pagar.
Por este mismo motivo, el de no perder en todo momento la sensación
de que se está gastando, es mejor pagar en efectivo cuando se pueda.
Líneas de crédito
Del mismo modo, no debemos tener líneas de crédito abiertas si no
tenemos una necesidad precisa por un gasto cierto que se vaya a producir
en el futuro. Si tenemos solvencia, cualquier necesidad crediticia será
atendida por nuestra entidad financiera.
Rechacemos líneas y tarjetas de crédito que no sean necesarias. Si no
las tenemos, seguro que no las usaremos para algo no imprescindible.
Ahorros para vacaciones e imprevistos
Asimismo, resultará conveniente que para los gastos extra de cierta
importancia (conocidos con antelación o no) que se darán en el año,
tengamos un fondo planificado al que realizar aportaciones periódicas
para que el pago sea más llevadero.
Si sabemos que nos vamos de vacaciones en Septiembre, podemos empezar
a poner 100 € al mes desde Enero. Llegado el momento, ya tendremos 800 €
acumulados para gastar, que serían muy incómodos de pagar de golpe.
Igualmente, podemos crear un fondo de ahorro para imprevistos. Por
poca que sea la aportación (por ejemplo, 20 € al mes), siempre se
acumulará un pequeño fondo que nos puede sacar de más de un apuro.
Conclusión
En resumen: no hay que comprar cosas que realmente no
necesitemos, por baratas que nos las ofrezcan. Comparemos entre los
establecimientos para ver en cada caso cuál es más barato. Busquemos las
ofertas y promociones pero no nos salgamos de ellas. No conviene tener
tarjetas de crédito o de compra si no son necesarias, porque incitan a
gastar más (el dinero de plástico está demostrado que nos cuesta menos
de gastar). Y tengamos un fondo para gastos. Pagar poco a poco siempre
es mejor que hacerlo de golpe.
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