Seguramente todos contáis con esos antiestéticos routers, pues aunque
últimamente los hacen pequeñitos, siguen siendo un objeto bastante poco decorativo.
Quizá a muchos no os moleste, pero otros pensareis al verlo “que cosa
más fea”. Sea como sea, hoy os traemos una solución realmente atractiva
para ocultarlo tanto a nuestros ojos como a los ojos de las visitas.
¿Qué necesitamos? Pues un libro viejo,
de esos con las tapas duras. También necesitaremos un cúter o
cualquier objeto que nos ayude a realizar cortes profundos y precisos.
Los pasos que debemos seguir no podrían
ser más fáciles. Lo primero que haremos será abrir el libro, pero tan
sólo la tapa. Ahora procederemos a pasar el cúter por el interior del
mismo, justo en la parte en que las hojas se unen a la tapa, el lomo del
libro.
Podemos encontrarnos con que está pegado o simplemente cosido,
el caso es que con nuestra herramienta cortante lograremos separarlo sin
problemas.
Después abrimos el libro por la parte de
la tapa trasera y realizamos exactamente la misma acción que por
delante. Poco a poco veremos como el libro se va desprendiendo de su
tapa sin romper esta.
Una vez tengamos nuestra tapa suelta podremos usarla para meter dentro
el router. La antena del mismo podrá salir sin problemas por la apertura
del libro, por lo que en la parte delantera veremos el lomo del mismo
con el título y autor.
0 comentarios:
Publicar un comentario